Conocido como «el amante del mar» en la lengua élfica Quenya, fue un Peredhil, un medio elfo nacido en Gondolin, la ciudad oculta de los elfos en Beleriand. Hijo de Tuor y de Idril Celebrindal, Eärendil surgió en un tiempo de gran tumulto y guerra contra Morgoth, el poderoso enemigo de los Valar y de toda la Tierra Media.
Desde sus primeros años, Eärendil fue testigo de la caída de Gondolin, su ciudad natal, durante un asedio traicionero revelado por Maeglin, un elfo oscuro. Gracias a la valentía de sus padres, Tuor e Idril, Eärendil escapó junto con los sobrevivientes de la ciudad, guiándolos hacia el sur en busca del mar. Allí se unió con Elwing, portadora de un Silmaril, una joya de gran poder y legado, buscada y disputada por muchos.
La vida de Eärendil se caracterizó por sus viajes marítimos en su barco Vingilot, acompañado por Elwing y motivado por el deseo de encontrar a sus padres y llevar un mensaje de auxilio a los Valar en Valinor. Su odisea lo llevó a enfrentar desafíos épicos, incluyendo confrontaciones con los herederos de Feänor por el Silmaril y encuentros divinos que cambiaron el curso de la historia de la Tierra Media.
Orígenes y genealogía
Eärendil era un Peredhil, un medio elfo, hijo de Tuor, un hombre de la Casa de Hador, y de Idril Celebrindal, la hija del rey elfo Turgon de Gondolin. Tuor, un héroe humano conocido por su conexión con el destino de los hombres y los elfos, e Idril, una princesa elfa de gran sabiduría y belleza, formaron una unión que trascendió las divisiones entre las razas de la Tierra Media. De esta unión nació Eärendil, quien heredó tanto la valentía y habilidades de su padre como la gracia y sabiduría de su madre.
Su nacimiento en Gondolin y su crianza
Eärendil vino al mundo en la majestuosa ciudad de Gondolin en el año 503 de la Primera Edad. Su infancia transcurrió en relativa paz y felicidad dentro de los muros ocultos de la ciudad, protegida del mal de Morgoth gracias a las barreras mágicas y la lealtad de sus habitantes. Sin embargo, la tranquila vida de Eärendil se vio abruptamente interrumpida cuando Morgoth, el enemigo oscuro, reveló la ubicación de Gondolin a través del traidor Maeglin.
Durante el devastador ataque a la ciudad, Eärendil estuvo al borde de la muerte a manos de Maeglin, quien deseaba a Idril y buscaba venganza contra Tuor. Afortunadamente, Tuor llegó a tiempo para salvar a su hijo y lanzar al traidor por encima de los muros de la ciudad hacia su perdición. Este evento marcó el fin de la seguridad de Gondolin y el inicio de un nuevo camino para Eärendil y su familia.
Huida de Gondolin y vida en las Desembocaduras del Sirion
Tras la caída de Gondolin, Tuor, Idril y Eärendil reunieron a cuantos sobrevivientes pudieron y escaparon de la ciudad por un camino secreto, planificado años atrás por Idril. Guiados por Tuor e Idril, el grupo siguió el curso del río Sirion hacia el sur en busca del mar, un viaje lleno de peligros y penurias.
Durante este exilio forzado, encontraron refugio en las Desembocaduras del Sirion, donde se unieron al pueblo de Elwing, la hija de Dior, quien también huía con el legendario Silmaril en su posesión, una joya de inmenso poder que traía consigo una historia de tragedia y gloria.
Eärendil asumió el rol de líder de los supervivientes de Gondolin, responsabilizándose del bienestar y la seguridad de su pueblo. Fue allí donde conoció a Elwing, una mujer de gran belleza y coraje, cuya presencia sería fundamental en los futuros destinos de Eärendil. Juntos, Eärendil y Elwing formaron una unión que no solo aseguró la continuidad de su linaje de Peredhil, sino que también marcó el inicio de una nueva fase en la vida del héroe, que lo llevaría a aventuras marítimas en busca de ayuda divina y la salvación de su pueblo.
Los viajes de Eärendil
Movido por un profundo sentido de deber y amor por su pueblo, emprendió una serie de viajes marítimos en la nave Vingilot, construida con la ayuda de Círdan, el Constructor de Barcos. Estos viajes estuvieron cargados de propósitos profundos y misiones sagradas, destacándose por:
- Construcción de Vingilot: Eärendil construyó la nave Vingilot con la habilidad de Círdan, convirtiéndola en una obra maestra de la navegación.
- Búsqueda de Valinor: Cada travesía tenía como objetivo encontrar el camino hacia Valinor, la tierra de los dioses, donde esperaba llevar un mensaje de súplica en nombre de elfos y hombres.
- Misión de Súplica: Eärendil buscó la intervención de los Valar en la lucha contra Morgoth, el enemigo supremo, en un esfuerzo por inclinar la balanza hacia la luz en la guerra contra la oscuridad.
La búsqueda del Silmaril y la batalla con Ancalagon
La travesía de Eärendil no estuvo exenta de peligros y uno de los desafíos más significativos fue el enfrentamiento con los hijos de Feänor, quienes codiciaban el Silmaril que Elwing custodiaba. Inicialmente, Maedhros, hijo de Feänor, decidió no actuar, pero el juramento no cumplido de su padre lo atormentó, y junto con sus hermanos, volvió a reclamar la joya que consideraban legítimamente suya.
Este conflicto llevó a la última de las tragedias elfas por manos elfas, culminando en un asalto repentino y devastador contra los habitantes de las Desembocaduras del Sirion, que resultó en una masacre y la pérdida de muchos seres queridos de Eärendil.
El retorno triunfal con Elwing y el Silmaril a Valinor
Desesperado por preservar el Silmaril y consciente de las graves consecuencias de su pérdida, Elwing se arrojó al mar con la joya, solo para ser rescatada por Ulmo, quien transformó su forma en la de una gran ave blanca. Esta ave, que voló hacia Eärendil en su barco, se reveló como Elwing, restaurando así la esperanza y la determinación del héroe. Con Elwing a su lado y el Silmaril en su frente, Eärendil finalmente logró alcanzar Valinor, la tierra de los Valar.
En Valinor, Eärendil cumplió su misión al presentar ante los Valar una petición desesperada en nombre de elfos y hombres, solicitando su intervención divina para derrotar a Morgoth y liberar a la Tierra Media de su tiranía. Su apelación conmovió a los Valar, quienes se prepararon para la guerra, desencadenando así la Guerra de la Cólera. Equipado con Vingilot y acompañado por las Águilas de Manwë, Eärendil participó en las batallas celestiales, destacándose en la histórica confrontación contra Ancalagon «El Negro», el más poderoso de los dragones de Morgoth. La victoria de Eärendil sobre Ancalagon significó un punto de inflexión crucial en la guerra y un paso decisivo hacia la derrota final del mal supremo en la Tierra Media.
Legado y elección de linaje
Después de llegar a Valinor con el Silmaril, Eärendil y Elwing fueron juzgados por los Valar. Aunque habían infringido la prohibición de poner pie en la tierra sagrada sin permiso, su motivación altruista de buscar ayuda para los elfos y los hombres fue tomada en cuenta. Los Valar decidieron que Eärendil y Elwing no podrían regresar a las tierras mortales, pero no fueron castigados por su transgresión debido a sus nobles intenciones de salvar a su pueblo de la amenaza de Morgoth.
Según el juicio de los Valar, Eärendil y Elwing y sus descendientes debían elegir a qué linaje pertenecer: el de los elfos o el de los hombres. Elwing eligió permanecer en la raza de los elfos y Eärendil la siguió en esta decisión. Al final de la Primera Edad, sus hijos, Elrond y Elros, tomaron decisiones diferentes: Elrond eligió pertenecer al linaje de los elfos, mientras que Elros decidió ser parte de la raza de los hombres y se convirtió en el primer rey de Númenor.