El Juramento de Fëanor, pronunciado por el más grande de los Noldor, y sus siete hijos en la ciudad de Tirion, en Aman, es un juramento irrevocable y cargado de fatalidad. Fue una promesa solemne de recuperar los Silmarils a cualquier costo. Estos preciosos objetos, creados por Fëanor a partir de la luz de los Dos Árboles, fueron robados por Melkor (más tarde conocido como Morgoth) y Ungoliant, desatando una cadena de eventos que definirían el destino de los Noldor y la propia Tierra Media.
El juramento comprometía a Fëanor y a sus descendientes a perseguir a cualquier ser, ya fuera Vala, Elfo, Hombre o Demonio, que poseyera o retuviera uno de los Silmarils. Juraron por Ilúvatar y bajo la amenaza de la Oscuridad Sempiterna, sellando así un destino marcado por la venganza y la desesperación. Este acto impulsivo y apasionado llevó a la rebelión de los Noldor contra los Valar y causó la Matanza de los Hermanos y la división interna entre los elfos.
Las repercusiones del Juramento de Fëanor fueron devastadoras. Empezando con el exilio de los Noldor y su llegada a la Tierra Media hasta las terribles guerras contra Morgoth, el juramento influyó en todos los aspectos de sus vidas. Generó conflictos entre los propios elfos, llevó a la caída de grandes reinos como Doriath y Sirion, y culminó en tragedias personales para los hijos de Fëanor.
Antecedentes
El Juramento de Fëanor no surgió en un vacío, fue la culminación de una serie de eventos tumultuosos y trágicos que desestabilizaron Aman y sembraron las semillas de la rebelión de los Noldor. Para comprender completamente el impacto y la gravedad de este juramento, es esencial revisar los antecedentes que llevaron a Fëanor y sus hijos a pronunciar una promesa tan devastadora.
- Situación en Aman antes del juramento: Aman, la tierra de los Valar, era un lugar de paz y belleza antes de los eventos que desencadenaron el juramento. Los Noldor, bajo el liderazgo de Finwë, disfrutaban de una vida próspera. Sin embargo, la liberación de Melkor, quien había sido encarcelado por los Valar, comenzó a sembrar discordia.
- El rol de Melkor y Ungoliant en la destrucción de los Dos Árboles: Melkor, tras ser liberado, sembró mentiras y desconfianza entre los Noldor. Finalmente, se alió con Ungoliant, una entidad maligna en forma de araña gigante. Juntos, destruyeron los Dos Árboles de Valinor, Laurelin y Telperion, sumiendo a Aman en la oscuridad.
- El asesinato de Finwë y el robo de los Silmarils: Melkor asesinó a Finwë, el padre de Fëanor, y robó los Silmarils, las joyas más preciadas creadas por Fëanor a partir de la luz de los Dos Árboles. Este acto fue un golpe personal devastador para Fëanor que significó la pérdida de las gemas más valiosas y poderosas jamás creadas.
El Juramento de Fëanor
El Juramento de Fëanor fue pronunciado en un momento de profunda desesperación y furia. Fëanor y sus siete hijos, llenos de odio y sed de venganza, juraron por Ilúvatar y bajo la amenaza de la Oscuridad Sempiterna que perseguirían a cualquier ser que retuviera uno de los Silmarils, sin importar las consecuencias.
Descripción del juramento y su texto completo
El juramento fue una promesa solemne e irrevocable. En quenya, la lengua de los Noldor, el juramento dice: «Sea amigo o enemigo, ominoso o luminoso, engendro de Morgoth o brillante Vala, Elda o Maia o después nacido, Hombre aún por nacer en la Tierra Media, ni ley, ni amor, ni alianza de espadas, temor ni peligro ni el destino mismo, lo defenderán de Fëanor o de la descendencia de Fëanor a quien ocultase o atesorase o en su mano tomase, encontrado vigilado o lejos arrojado un Silmaril. ¡Esto juramos todos: muerte le daremos antes de que acabe el día, maldito hasta el fin del mundo! Oíd nuestra palabra Eru Ilúvatar: con la sempiterna oscuridad seamos malditos si el juramento rompemos. Sobre la montaña sagrada oídlo como testigos y nuestra promesa recordad, Manwë y Varda.«
Contexto en el que fue pronunciado
El juramento fue hecho en la plaza principal de Tirion, rodeado por el pueblo y los nobles de los Noldor, incluidos los hermanos y sobrinos de Fëanor, quienes escucharon con horror. Este juramento vinculó irrevocablemente a Fëanor y sus hijos a una búsqueda de venganza y recuperación de los Silmarils a cualquier precio.
La pasión y el carisma de Fëanor fueron suficientes para que sus hijos, cegados por la lealtad y el amor a su padre, se unieran a él en este juramento. Esto también influyó en muchos Noldor, quienes se unieron a Fëanor en su exilio y rebelión contra los Valar.
Consecuencias inmediatas del juramento
El Juramento de Fëanor tuvo consecuencias inmediatas y devastadoras tanto para los Noldor como para el resto de la Tierra Media. La promesa de recuperar los Silmarils a cualquier precio desencadenó una serie de eventos que marcaron el destino de muchos.
- El exilio de los Noldor y la Matanza de los Hermanos: Impulsados por el juramento, Fëanor y sus seguidores decidieron abandonar Aman y regresar a la Tierra Media. Este éxodo resultó en la Matanza de los Hermanos, donde los Noldor mataron a los Teleri para robar sus barcos, un acto que manchó para siempre su regreso.
- La quema de los barcos en Losgar: Una vez en la Tierra Media, Fëanor quemó los barcos en Losgar para evitar que los seguidores de Fingolfin los usaran. Este acto selló la separación de los Noldor y fue una muestra del extremo al que Fëanor estaba dispuesto a llegar para cumplir su juramento.
- El impacto en la Unión de Maedhros: El juramento también afectó las alianzas entre los elfos. La desconfianza y el odio sembrados por el juramento impidieron una cooperación plena entre los diferentes líderes élficos, contribuyendo al fracaso de la Unión de Maedhros y a la derrota en la Nirnaeth Arnoediad.
Impacto del Juramento en la Primera Edad
El Juramento de Fëanor fue uno de los principales eventos de la Primera Edad, influyendo en la política, las guerras y las relaciones entre los diferentes pueblos de la Tierra Media.
- La Guerra de las Joyas y las batallas claves afectadas por el juramento: El juramento fue un factor clave en la Guerra de las Joyas, una serie de conflictos que enfrentaron a los Noldor y sus aliados contra Morgoth. Batallas como la Nirnaeth Arnoediad y los numerosos asaltos contra Angband fueron directamente influenciadas por el impulso de recuperar los Silmarils.
- Los conflictos con Doriath y la destrucción del reino: La recuperación de un Silmaril por Beren y Lúthien y su posterior posesión por Dior, el rey de Doriath, llevó a los hijos de Fëanor a atacar el reino. Esta guerra interna resultó en la destrucción de Doriath y la muerte de Dior y muchos de sus seguidores.
- La batalla en las Bocas del Sirion y sus consecuencias: La hija de Dior, Elwing, huyó con el Silmaril a las Bocas del Sirion, donde fue nuevamente atacada por los hijos de Fëanor. Este conflicto resultó en la dispersión de los sobrevivientes y la pérdida final del Silmaril, que fue llevado por Elwing y Eärendil al oeste.
- La Guerra de la Cólera y la derrota de Morgoth: La Guerra de la Cólera fue el conflicto final de la Primera Edad, en el cual las fuerzas combinadas de los Valar, los Elfos y los Hombres se enfrentaron a Morgoth en una batalla apocalíptica. Los Valar, movidos por el sufrimiento de Beleriand y la necesidad de poner fin al dominio de Morgoth, enviaron un gran ejército que incluyó a los Vanyar y los Noldor de Aman. La guerra culminó con la captura de Morgoth, quien fue encadenado y expulsado del mundo, y la destrucción de su fortaleza de Angband. Sin embargo, incluso en esta victoria, el Juramento de Fëanor continuó causando estragos.
- El destino de los hijos de Fëanor, Maedhros y Maglor: Después de la derrota de Morgoth, solo dos de los hijos de Fëanor, Maedhros y Maglor, sobrevivieron. Atrapados por su juramento, robaron los dos Silmarils restantes del campamento de los vencedores. Sin embargo, debido a los actos oscuros que habían cometido, descubrieron que ya no podían sostener las joyas sin experimentar un dolor abrasador. Maedhros, consumido por la desesperación y el remordimiento, se arrojó con su Silmaril a una grieta en la tierra, encontrando su final en el fuego. Maglor, igualmente desesperado, arrojó su Silmaril al océano y pasó el resto de sus días vagando por las costas, lamentando su dolor y su pérdida.